PRESENTACIÓN

Crisis y cambio son dos fenómenos relacionados que suponen, a la vez, riesgos y oportunidades. En torno a estos dos ejes queremos articular este seminario. Se propone abordar los cambios que se han producido en el sistema internacional en estos quince años y los retos y oportunidades que se plantean para el futuro.

Este espacio de reflexión y debate pretende analizar el presente y visualizar escenarios posibles para el futuro. Somos conscientes de que estamos en un momento de coyuntura crítica, en el que hay distintos futuros posibles y se amplían las fronteras de posibilidad para la acción colectiva y la conformación de un nuevo modelo social, económico y político.

Desde la crisis de 2008 hasta el momento actual se han producido profundas transformaciones en las estructuras económicas y sociales y en la naturaleza, las fuentes y las pautas de distribución y ejercicio del poder a escala global. Se ha pasado de un periodo dominado por el avance de la globalización económica y la democracia liberal a otra etapa en la que emerge un mundo post-occidental, más plural y diverso, caracterizado por las tendencias de fragmentación y reorganización de los mercados y de las cadenas productivas globales y por una mayor integración de la economía digital. Pero, al tiempo, se pone de manifiesto el agotamiento de un largo ciclo en la economía política global basado en la transnacionalización productiva; en la aparición, de manera muy visible, de hechos que revelan los límites sociales y ecológicos de la globalización, y en sus fallas de gobernanza, tanto en el ámbito nacional, como en el internacional.

En este contexto de cambios y de desplazamiento del poder, la gobernanza de los asuntos globales en el marco multilateral se ha hecho más difícil y compleja. Por un parte, no se ha logrado revertir un proceso de debilitamiento de las Naciones Unidas de larga data. Su estructura interna no responde al ascenso de los países emergentes, y esa falta de representatividad daña tanto su legitimidad como su eficacia para dar respuesta a problemas acuciantes, lo plantea una vez más, la urgencia de una refundación que la falta de voluntad política de algunos gobiernos sigue haciendo algo imposible. Son especialmente renuentes aquellos países que integran el Consejo de Seguridad y que cuentan con el derecho a veto. En estos años se han elaborado múltiples propuestas para reformar las Naciones Unidas, pero no se ha logrado avanzar.

En materia de paz y seguridad, más allá de la guerra de Ucrania y de otros conflictos enquistados, en estos años se han roto consensos internacionales que fueron forjándose durante años. Normas en materias clave como los derechos humanos, la democracia y la justicia, entre otras, se han visto también sometidas al cuestionamiento de potencias revisionistas y de actores políticos diversos.

Por ejemplo, la ruptura de acuerdos de limitación de armamento (Anti-Ballistic Missile Treaty) que limitaba el número de sistemas de defensa contra misiles balísticos y el Tratado INF que permitió la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance.

En el ámbito de los derechos humanos se han producido cambios en el contexto internacional, que suponen una amenaza para la protección, el fortalecimiento y la garantía de los mismos y que tienen un impacto en el plano local.

Por ejemplo, la asunción de que unos seres humanos tienen más derechos que otros y diferenciando por tanto, las personas refugiadas según su procedencia; la criminalización de la protesta, las limitaciones a la libertad de expresión, entre otras. O bien, el Tribunal Penal Internacional, que ha sido cuestionado porlos dobles raseros que revelaría su diligencia para investigar algunos casos como Ucrania y para desestimar otros, como el Sahara, Irak o Palestina.

El debilitamiento de la democracia, amenazada por una emergente ultraderecha, que cuestiona los fundamentos y el propio sistema democrático y trata de alcanzar el poder, a partir de la difusión de discursos de odio contra los inmigrantes, las mujeres y los grupos progresistas.

No son menos relevantes los problemas de representatividad, legitimidad y eficacia de las organizaciones responsables del desarrollo, o de las respuestas a riesgos globales como la pandemia del COVID-19 o el cambio climático, en las que es notoria la debilidad o ausencia de instituciones y normas internacionales efectivas para movilizar la acción colectiva y asegurar la provisión de bienes públicos globales. La aparición de grupos ad hoc, como el G-20, o el regionalismo y las organizaciones de integración regional no constituyen, hoy, una alternativa para proveer gobernanza y previsibilidad a las relaciones internacionales. Estas organizaciones, además, se ven cuestionadas por el ascenso del nacionalismo y de actores iliberales y de extrema derecha en nombre de un discurso radical contra el “globalismo”.

Estas jornadas tienen un doble objetivo:

  • Identificar los principales cambios que se han producido en el sistema internacional en estos últimos 15 años, que son determinantes para explicar el presente y para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos.
  • Analizar los escenarios de futuro que se dibujan y que factores serán clave para avanzar en la democracia, la cultura de paz y los derechos humanos.